8 de agosto de 2009

john scofield: la continuación


Así que John Scofield es (quizá con otros doce, quizá no) el mejor guitarrista del mundo. Este blog está para decir lo que otros callan.

Ahora, eso sí: es el mejor cuando le da la gana. Porque cuando no, da conciertos como uno en Pontevedra, hace pocos años, en cuya primera fila trabajosamente ganada estaba este superfan, con el cd de Time on my hands para su firmaje por la star. Pero este superfan se enfadó tanto durante la actuación que terminó por renunciar, despechado, al autógrafo.

¿Por qué me enfadé tanto? ¿No lo sabes, John? Bien. Pues no voy a esperar a que te lo diga un crítico. Este blog es también lo que tiene. Que ya te lo digo yo.

Porque a veces, John, como esa vez en mi ciudad natal, John, te dedicas a escribir el Finnegans wake sonoro con tu guitar. Aporto fragmento ilustrativo by Jimmy Joyce:

“What clashes here of wills gen wonts, oystrygods gaggin fishygods! Brékkek Kékkek Kékkek Kékkek! Kóax Kóax Kóax! Ualu Ualu Ualu! Quaouauh! Where the Baddelaries partisans are still out to mathmaster Malachus Micgranes and the Verdons catapelting the camibalistics out of the Whoyteboyce of Hoodie Head. Assiegates and boomeringstroms.”

Cosa así vienes a sonar. Y uno, que te admira, que es superfan, no te entiende ese tocar, uno desconoce, ignora. ¡A uno le tira de un huevo, Finnegan!

Pero luego están las otras veces.

El pasado 23 de julio volvía Scofield al Pontejazz. Por desagraviarme, sí.

El caso: uno iba con sus reservas. Que si blues, que si gospel. El disco, más bien soso. Nada que ver aquel cuarteto con Lovano, Stewart e Irwin. Y luego, empezado el asunto, nuestro hombre que parecía muy ocupado pisando pedales de efectos y cosas. Pero estaba ese sonido y ese fraseo abracadabrante. Y el Scofield, que se empezaba a embalar.

Dijo, al parecer, Charlie Bird Parker, que lo que él intentaba al tocar era buscar las notas bonitas. Sco es como un brujo con un mapa de esas notas que en las guitarras de los demás no vienen. El tipo es capaz de tal musicalidad que incluso lo que hace con un riff trillado como el de Purple Haze resulta difícil de creer. Y luego están las introducciones a guitarra sola: Mjolnir directo al plexo solar; eso de Hank Williams, Angel of death, su prólogo guitarrero, casi consiguió que me meara en los pantalones de la emoción y el desconcierto. ¿Pero cómo, pero qué hace este motherfucker?

Hay quien en casos como este desea que el concierto no acabe nunca. Yo, a viceversa y llegado un momento, necesito que acabe. Porque no puedo más.

Desconozco profundamente por qué Scofield no es engreído, ni tiene pose, ni nada. Lo que puede hacer en un día bueno no está al alcance de Frisell, ni de Metheny (aquí un devoto), ni de Henderson, ni desde luego de Stern, Abercrombie, Martino y un etcétera tan largo como el gremio de guitar players.

Buscar en la Web foros en los que se dirime quien es el mejor hacha del mundo es una risión de frikismo, insultos de los gordos y declaraciones de amor a una pila de melenas de talento desigual. En este blog eso no se discute.

En este blog se declara dogma, fundamento, verdad, que John Scofield es el más grande guitarrista jamás parido por madre.

Cuando le da la gana.

2 comentarios:

  1. Eso, que lo lea, y que siga mis consejos. ¿Qué hace el Scofield, que no sigue mis consejos?

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