18 de julio de 2009

superhéroes contra novelas gráficas


Cuando uno habla de cómics “de superhéroes” se refiere, exactamente, a aquellos de Marvel, con los cuales creció, editados por Vértice en formato revista, en la España de finales de los setenta, cuyas portadas y traducciones eran cosa, impepinable y respectivamente, de López Espí y Salvador Dulcet. El haber podido leerlos a tierna edad, estos y no otros (sobre todo, no otros), fue, visto lo visto, un favor del destino. Superheroicamente, yo estuve allí.

Cierto es que la Chica Invisible era una sosa; Namor, un borde; la Masa, un dormirse; el Capitán América, el Capitán América; cierto que al Doctor Extraño no le sentaba del todo el traje. Pero incluso en el menos bueno de los personajes podía encontrarse algún chispazo de brillantez creativa, fuera estética o argumental, y en casi todos los casos algo parecido a cierto respeto por el gusto y la inteligencia del público destinatario de la cosa. Por eso no me gusta que se ningunee a los superhéroes (aquellos), mucho menos cuando hay quienes se empeñan en considerar algunos de los truños que, en parte, componen la risible etiqueta de novela gráfica, como el everest de la viñeta.

Más allá del valor de unos u otros cómics, semejante terminología anticomplejos, adoptada con furor por la prensa, recuerda vagamente a aquel parto crítico-comercial llamado música new age, de hace una pila de años. Hagamos memoria: por parte de avanzadísimos medios y gurús de la cultura se presentó como hecho histórico contrastado e indubitable, esto es, se informó, con alivio, de que el rock, esa fruslería, había muerto, y el precipitado de la verdadera música adulta (capital adjetivo este), luego de siglos de intentos perpetrados por patanes e incapaces, había sido obtenido.

No nos cebemos ahora en comentar lo que, en un noventa y ocho por ciento, resultó ser aquello. Sólo en que, de rondón, a rebufo de una palabrería idiota, se colaron en el mercado musical adulto (capital adjetivo) verdaderas montañas de detritus sonoro.

Lo que ahora parece que se cuela en la comiquería, y en su difusión, son historias, a menudo de paupérrima calidad gráfica (dado que estamos ante una graphic novel, el entendido acudirá a términos como naif o feísta, cuando no a la expresión deliciosa torpeza, haciendo ver que todo es intencionado y que Art Spiegelman o Marjane Satrapi dibujarían como Jean Giraud a la que se lo propusieran un poco), historias que suelen consistir, por lo demás, en una con frecuencia autobiográfica retahíla de traumas, frustraciones y moratones del espíritu. Eso. Ante todo, que se note que somos adultos.

No obstante sería interesante que ese maduro público, hooligan de Maus-Premio-Pulitzer, le echara un vistazo, por ejemplo, a la serie Paracuellos, de Carlos Giménez. Por desgracia el dibujo es magistral, pero se podrán resarcir porque vivencias personales terriblemente dolorosas, amargas y traumáticas, hay un rato. La putada es que creo que no es novela gráfica.

Si uno no es novelista, ni tampoco autor de cómics, parece mucho menos dañino para el mundo que escriba una mierda de novela a que produzca una birria de cómic. Porque su excremento literario, con un pelín de suerte, será rápida y despiadadamente vapuleado en cualquier suplemento cultureta, y restaurado así, sin mayor trastorno, el equilibrio del orbe. En cambio, su roña con viñetas tiene una peligrosa cantidad de opciones de ser saludada como fresca, prometedora, espontánea, o así, por los especialistas del ramo, que carecen aún de aquel saludable reflejo vapuleador y son comprensivos, abiertos, antidogmáticos convencidos.

En los superhéroes de Marvel (y otra: aquellos) se advierten al instante, cierto que en cantidades irregulares, cierto que no en todas las series, varias de las cosas de la siguiente lista: Oficio. Competencia. Conocimiento. Profesionalidad. Talento. 


Nimiedades.




6 comentarios:

  1. Un post sobre superhéroes! Y criticando Maus! Sea anatema!! Y Persépolis! Pero si es de una tía! Iraní, encima! No respetas nada. Como aparezcas por el salón del cómic de Bruselas serás lapidado con miles de ejemplares, cuidadosamente plastificados, de Le Petit Vingtième.
    En fin, solo puedo decir: Excelsior!
    Y quizás añadir, al hilo de la viñeta de la Viuda Negra, que en los cómics de superhéroes (desde luego: aquellos) salían unas tías impresionantes, no superadas treinta años de silicona y photoshop después. Y eran, además, mujeres de carácter. Salvo la Chica Invisible, claro...

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  2. mmm...esto de las superchicas merece un post aparte. Pero antes, para no parecer muy friki, tendré que meter alguno sobre libros, o así...

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  3. Siguiendo la senda trazada por "amr" y "solosupongo" yo diría: EXCepcional... Aunque de superhéroes no sé nada, el comentario de solosupongo me hizo recordar que fue Gatúbela, Miau!! qué fémina, todo curvas, todo cuero (o era latex?) y high heels, quien me ayudó a comprobar que mis lentejitas tenían vida propia…

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  4. ¡Gatúbela!¿Acaso te hiciste púber en las américas, kinkilloso? He tenido que buscar en el jújel… y dicho sea de paso, Halle Berry queda escandalosamente en evidencia al lado de la diosa Michelle. En cambio, como Tormenta me gusta.
    Kinkilloso, hoy o mañana irrumpiré en tu bitácora. Estate al loro…

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  5. Oteo el horizonte desde mi bitácora, con el loro al hombro y el garfio de apéndice, esperando señales... veo a tu Michelle, reMiau!! sirena turbadora.

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